No entiendo porque a veces la vida es así. Creces, experimentas, aprendes a querer, y de repente, como si nada, todo desaparece. Es extraño, ¿verdad? En un abrir y cerrar de ojos, cosas tan simples como una mirada complice o una sonrisa de amigo, se desvanecen. Y tu no puedes hacer nada. Nada salvo preguntarte que ha pasado. Nada salvo intentar averiguar de donde viene ese tornado que ha arrasado con todo, llevándose consigo las risas, las bromas, las locuras, los recuerdos, las lágrimas de emoción, la felicidad, los abrazos, las sonrisas...
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